En el centro del cerebro humano, en el
complejo reptileano, se puede observar la imagen de lo que parece ser una
cabeza de serpiente. ¿Es esta la confirmación material de la serpiente
kundalini en la que está basada en buena medida el yoga?
Esta animación del interior
del cerebro, generada por Life Science Databases y que puede consultarse
en Wikipedia, ha estado circulando en Internet en los últimos
días luego de que alguien descubriera un asombroso parecido a una cabeza de
reptil, específicamente de serpiente, en el centro del cerebro humano.
La animación muestra el lóbulo
frontal izquierdo en rojo dentro de un cráneo semitransparente. El hemisferio
cerebral derecho no se muestra, como si se hubiese quitado. La corteza
cingulada anterior (ACC) a veces también se incluye en el lóbulo
frontal; la aparente serpiente estaría ubicada justamente en el centro del
cerebro. La imagen se basa en el trabajo de Talairach, Tournoux y Ono.
Esta imagen sería meramente
anecdótica (y quizá de cualquier forma lo sea) si no fuera por el simbolismo de
la serpiente y su relación con el cerebro humano: la llamada serpiente
kundalini, símbolo en en el yoga ancestral de la energía que en su elevación
espiritual sube de la base de la espina dorsal, del primer chakra,
desenrollándose, al séptimo chakra, a una altura que bien podría coincidir con
la posición en la que se muestra en la animación la cabeza de la serpiente. Por
otro lado, a Osiris se le representa en ocasiones con una serpiente a la altura
de su tercer ojo (parecida a un cono de pino), en lo que se ha interpretado
como la cuasi ubicuidad del símbolo de la serpiente representando el ascenso de
la energía vital.
Asimismo, según el modelo
propuesto por Paul MacLean, el cerebro humano es un órgano triúnico, conformado
por el complejo reptileano, el neocórtex y el sistema límbico. MacLean acuñó el
término “reptileano” porque los reptiles están dominados cerebralmente por el
tronco encefálico y el cerebelo, que controla el comportamiento y el
pensamiento instintivo. Parte de este complejo reptileano es también la
glándula pineal. Se ha teorizado que estas partes del cerebro son vestigios
aún activos de nuestro pasado evolutivo como reptiles. Es notorio que la forma
que tiene este “complejo reptileano en el cerebro humano” sea también la de un
reptil. No solo en función hay una correspondencia con los reptiles sino en
forma, como una especie de misteriosa firma o sello fractal.
Ahora bien, todo esto podría
ser mera pareidolia, una proyección de signos culturales en la naturaleza como
si estos fueran independientes de nosotros. O si se quiere ir más lejos,
para los que comulgan con las radicales y muchas veces disparatadas teorías de
los antiguos astronautas y de los extraterrestres reptileanos, un estigma o un
nodo de control a través del cual estos supuestos dioses reptileanos
interactúan secretamente con el ser humano.
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