Durante alrededor de 50 años, los
científicos han intentado sin éxito averiguar cómo exactamente la bacteria
Vibrio cholerae, que produce el cólera, logra resistir una de nuestras
respuestas inmunitarias básicas.
Ese misterio ha sido resuelto ahora, gracias a la investigación realizada por un equipo de expertos de la Universidad de Texas en Austin, bajo la dirección del microbiólogo Stephen Trent.
Cada año, el cólera afecta a millones de personas y mata a cientos de miles de ellas, mayormente en las naciones en vías de desarrollo. La infección causa de manera profusa diarrea y vómitos. La muerte suele producirse específicamente por deshidratación grave.
La defensa de la bacteria contra nuestro sistema inmunitario consiste en asociar uno o dos pequeños aminoácidos a las moléculas grandes, conocidas como endotoxinas, que cubren aproximadamente el 75 por ciento de la superficie externa de la bacteria.
Estos aminoácidos diminutos simplemente cambian la carga eléctrica en la superficie externa de la bacteria, que pasa de ser negativa a neutra.
Esto es importante porque nuestras moléculas defensivas de la clase de los péptidos catiónicos antimicrobianos, están cargadas positivamente. Se enlazan a la superficie cargada negativamente de las bacterias, y al hacerlo, se insertan en la membrana bacteriana formando un poro. El agua fluye a través del poro dentro de la bacteria y la hace reventar, matándola.
Es una defensa eficaz, y por eso la evolución ha hecho que los péptidos catiónicos antimicrobianos sean omnipresentes en la naturaleza.
Sin embargo, cuando estos péptidos cargados positivamente alcanzan a la bacteria Vibrio cholerae, con carga neutra, no se pueden enlazar a ella.
La Vibrio cholerae puede entonces invadir nuestros intestinos y convertirlos en una especie de fábrica para producir más bacterias del cólera. En este proceso, no podemos retener nuestros fluidos ni extraer suficientes nutrientes de lo que comemos y bebemos.
Ahora que Trent y sus colegas conocen detalladamente el mecanismo de la resistencia de la Vibrio cholerae, esperan usar este conocimiento para ayudar en el desarrollo de antibióticos que puedan sabotear dicho mecanismo. Si ello se consiguiera, entonces nuestros péptidos catiónicos antimicrobianos podrían hacer el resto del trabajo para derrotar a las bacterias invasoras.
Ese misterio ha sido resuelto ahora, gracias a la investigación realizada por un equipo de expertos de la Universidad de Texas en Austin, bajo la dirección del microbiólogo Stephen Trent.
Cada año, el cólera afecta a millones de personas y mata a cientos de miles de ellas, mayormente en las naciones en vías de desarrollo. La infección causa de manera profusa diarrea y vómitos. La muerte suele producirse específicamente por deshidratación grave.
La defensa de la bacteria contra nuestro sistema inmunitario consiste en asociar uno o dos pequeños aminoácidos a las moléculas grandes, conocidas como endotoxinas, que cubren aproximadamente el 75 por ciento de la superficie externa de la bacteria.
Estos aminoácidos diminutos simplemente cambian la carga eléctrica en la superficie externa de la bacteria, que pasa de ser negativa a neutra.
Esto es importante porque nuestras moléculas defensivas de la clase de los péptidos catiónicos antimicrobianos, están cargadas positivamente. Se enlazan a la superficie cargada negativamente de las bacterias, y al hacerlo, se insertan en la membrana bacteriana formando un poro. El agua fluye a través del poro dentro de la bacteria y la hace reventar, matándola.
Es una defensa eficaz, y por eso la evolución ha hecho que los péptidos catiónicos antimicrobianos sean omnipresentes en la naturaleza.
Sin embargo, cuando estos péptidos cargados positivamente alcanzan a la bacteria Vibrio cholerae, con carga neutra, no se pueden enlazar a ella.
La Vibrio cholerae puede entonces invadir nuestros intestinos y convertirlos en una especie de fábrica para producir más bacterias del cólera. En este proceso, no podemos retener nuestros fluidos ni extraer suficientes nutrientes de lo que comemos y bebemos.
Ahora que Trent y sus colegas conocen detalladamente el mecanismo de la resistencia de la Vibrio cholerae, esperan usar este conocimiento para ayudar en el desarrollo de antibióticos que puedan sabotear dicho mecanismo. Si ello se consiguiera, entonces nuestros péptidos catiónicos antimicrobianos podrían hacer el resto del trabajo para derrotar a las bacterias invasoras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario