Un estudio científico “confirma
que el ecosistema global se aproxima a una 'transición', destacando la
necesidad de mejorar nuestra capacidad de predecir tales cambios”, explican
científicos al referirse a los períodos en que nuestro planeta sufrió extinción
en masa.
La Tierra venía de pasar 100.000
años de un período de Edad de Hielo; y el cambio dramático que se produjo,
significó la pérdida de un 30% de la superficie de hielo terrestre, y “desde
ahí la vida en el planeta fue relativamente estable”, señala CSIC.
Ellos destacan que el aumento de
la población está provocando un mayor consumo de las actuales ofertas de
recursos de energía, y para obtener estos recursos, el hombre está destruyendo
su hábitat, y por consiguiente, alterando las condiciones atmosféricas,
oceánicas y terrestres, lo que significa una amenaza para la supervivencia de
la biodiversidad.
Además, el ser humano estaría
ocupando el 40% de la producción primaria mundial, limitando los recursos para
la sobrevivencia de otras especies.
Unido a esto, el uso de
combustibles fósiles está provocando una aumento de CO2 en la atmósfera y un
descenso del PH oceánico, que puede tener efectos importantes en la vida y
fauna, por ejemplo la muerte masiva de peces y otras especies.
El investigador de la Estación
Biológica de Doñana del CSIC y colaborador del estudio, Eloy Revilla, considera
que “si estos impactos directos superan el 50%,(del uso de la Tierra) incluso
las áreas inalteradas del planeta sufrirán las consecuencias”.
Según el informe, actualmente el
43% de la superficie terrestres se transformó en áreas urbanas y agrícolas y el
crecimiento de la población varió de 67 mil habitantes hace mas de 400 años
atrás a un crecimiento de 77 millones de personas al año, hoy en día.
En caso de que el ser humano siga
explotando los recursos indiscriminadamente podría producir lo que afirma el
Doctor Revilla: “Si la tasa de incremento de la población se mantiene y también
lo hace el nivel de consumo de recursos, este porcentaje (50% de uso terrestre)
será alcanzado hacia 2025 y llegará al 55% en 2045”.
Para Eloy Revilla, los
principales efectos notorios son la pérdida de la productividad en las tierras
de cultivo, la menor capacidad de almacenamiento de CO2, y el colapso del stock
pesquero.
Sumado a los datos del informe,
las ONG ambientalistas destacan con precedencia, que los recursos de nuestro
planeta pueden ser aprovechados de una manera sostenible, sin pérdidas
irreversibles del hábitat, por lo que la causa fundamental del deterioro en la
Tierra, no seria el aumento de la población en sí, sino el mal uso de sus
bienes, que en vez de ir en beneficios de la humanidad y el mantenimiento de la
Tierra y su entorno, va hacia intereses económicos personales, sin control en
este aspecto.
La preocupación actual es que la
Tierra llega a un punto de no retorno de muchos de sus hábitat y la Estación
Biológica Doñana destaca al respecto que “el reconocimiento de que los humanos
estamos cambiando la Tierra de tal manera que va a afectar a su capacidad para
sostener a sus habitantes actuales está despertando un enorme interés
científico en la predicción de dichos cambios”.
Cabe hacer notar que la comunidad
científica no fue capaz de frenar este deterioro en el pasado y alertar al ser
humano de la necesidad de actuar en manera responsable y sostenible.
Hoy, el equipo del estudio de
CSIC advierte que “el futuro del ecosistema global depende de manera crítica de
que seamos capaces de anticiparnos a los cambios que se nos avecinan”, señala
la Estación.
“Es necesario mejorar los métodos
de predicción mediante la detección de señales de alerta temprana, considerando
transiciones (períodos de extinción en masa) tanto a escalas locales como
globales, y mejorando nuestra comprensión de los procesos que dirigen esos
cambios”, agrega.
“Es necesario tomar medidas que
limiten el impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas”, señala
finalmente la Estación Biológica Doñana.
Propuestas del estudio
Las propuestas del equipo
científico señalan solo como segunda opción que para minimizar los posibles
impactos y no superar la barrera del uso de 50% de la Tierra, “la actual
población debería sustituir el mayor nivel energético posible por fuentes
renovables”. Idea sostenida por los ambientalistas como primaria.
En vez de enfocarse en esta
posibilidad propuesta por las ONG, la CSIC destaca que preferiblemente hay que
“reducir la tasa de crecimiento anual de la población”.
Como tercera acción el grupo CSIC
pide gestionar adecuadamente las Tierras que aún no están dominadas por los
humanos.
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