En la estela que deja el divorcio de
Tom Cruise y Katie Holmes, una ex alta ejecutiva de la Cienciología cuenta la
"pesadilla" del hermético culto, donde, según ella, sus miembros
viven en estado de secuestro y sufren abusos físicos y psicológicos.
"Vi muchas violaciones a los derechos humanos dentro
de la iglesia y no quería ser sometida a ellos. Vi cómo el personal,
particularmente los niños criados dentro de la Cienciología, eran tratados en
condiciones deficientes", contó Karen Pressley en una entrevista con la
AFP.
Eso fue lo que llevó a Pressley, quien llevaba 16 años en
la organización con sede en Los Ángeles, a escapar en 1997.
"Usaban la manipulación psicológica y a veces la
violencia física contra el personal", dijo la publicista, quien ahora vive
en Atlanta y enseña escritura y comunicación en la universidad Kennesaw de
Georgia (sureste).
Entre 1987 y 1989, Pressley fue la directora del Centro
de Reclutamiento de Celebridades de Hollywood.
Atraer -y mantener- celebridades es parte de la
estrategia diseñada por Ron Hubbard, el escritor de ciencia ficción que fundó
el culto en 1953. "Quieren que las personas piensen que si funciona para
Tom Cruise o John Travolta -dos de los pescados más gordos- funcionará para
ellas", explicó Pressley.
La Cienciología ha estado en los titulares en las últimas
dos semanas desde que la actriz Katie Holmes presentó una demanda de divorcio
contra Tom Cruise.
Evidentemente, "ella no está bajo las garras de la
iglesia como Cruise", estimó Pressley.
El objetivo de la Cienciología "es la iluminación
espiritual y la libertad para todos", dice la organización en su página
web.
Este estado de libertad e iluminación se alcanza a través
de "auditorías", muchas de las cuales se realizan conectando al
interrogado a un "E-meter", un aparato similar a un detector de
mentiras.
Los cienciólogos pagan para ser sometidos a estas
auditorías y avanzar en el Puente a la Iluminación. Los primeros pasos en este
recorrido cuestan unos 100 dólares, pero los últimos llegan al millón.
"Por eso tantos cienciólogos hipotecan sus casas,
toman préstamos o se convierten en parte del personal (de la iglesia), porque
no pueden costearse la religión con sus propios medios. Pero si trabajan para
la iglesia pueden recibir gratis a la Cienciología, y a cambio tienen que
renunciar a sus vidas".
Según Pressley, este personal vive prácticamente en
estado de secuestro y debe renunciar a sus lazos con familiares o amigos no
cienciólogos.
"Si un día cambias de idea y dices 'ya no quiero
hacer esto', no puedes simplemente ir ante los líderes y decirles adiós. Tienen
que darte permiso para irte. Te ponen bajo vigilancia 24 horas al día, siete
días por semana, y controlan todos los aspectos de tu vida. No puedes tener un
celular, televisión o acceso a internet", explicó.
Finalmente, "te hacen pasar por un interrogatorio
que es extenuante y a veces dura meses (...) Es una pesadilla".
La publicista relató que algunos se escapan escondidos en
el baúl de un automóvil, si bien ella lo hizo en su propio coche desde
Hollywood. "Tuve que ir a un aeropuerto distante, en Las Vegas, para
asegurarme de que no habría equipos de seguridad persiguiéndome".
Gary Soter, abogado de la organización, dijo a la AFP que
"declina responder a las opiniones autopublicitarias de esta
anticiencióloga, que no tiene conocimiento personal de los hechos y está
buscando explotar un asunto familiar", refiriéndose al caso Cruise-Holmes.
Otros excienciólogos cuentan experiencias similares a la
de Pressley en blogs y foros de discusión en internet.
Una de las deserciones más notorias es la de Jenna Miscavige,
sobrina del director general de la iglesia David Miscavige, quien abandonó al
grupo en 2005 y ahora conduce una página (ExScientologyKids.com) para apoyar en
su reinserción social a los desertores nacidos dentro de la Cienciología.
La Cienciología asegura tener 10 millones de miembros en
más de 150 países y fue condenado este año en Francia por estafa.
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