Seis de los secretos que se ocultan
tras las fachadas de cartón piedra del Parque Disneyland de California y que
articulan parte de la vida de este fascinante mundo de ilusión:
1.-Una etiqueta estricta:
Todos los empleados de Disneyland tienen que conocer perfectamente la estricta
etiqueta que rige en el parque y la forma correcta de dirigirse a sus
visitantes. Así, nunca señalarán algo apuntando con el dedo índice, sino que lo
harán con dos dedos o con la palma de la mano hacia arriba. Si van vestidos con
un disfraz de un sector del parque, no pisarán otro sector diferente. Tampoco está
permitido que los hombre lleven barba o bigote y están obligados a hacerse la
manicura, para no llevar uñas largas.
2.-Mickey en todos lados:
Como si fuese el “Gran Hermano” de la novela de Orwell, las orejas del ratón
más famoso del mundo están presentes por todo el parque. No solo en toda clase
de productos que venden las incontables tiendas de regalos, sino que su perfil
aparece en carteles, camuflado en formas arquitectónicas, en el papel que cubre
las paredes de la enfermería, en la forma de las sillas de espera, en los
huevos del desayuno de sus hoteles o en las marcas de óxido de los mástiles del
barco pirata.
3.-Un ejército de gatos: A
pesar de que su mascota es un ratón, este lugar de magia y fantasía libra una
guerra diaria contra los roedores. Cada noche, tras la marcha de los últimos
visitantes, se libera un ejército de más de 300 gatos para que recorran a sus
anchas los dominios de Disneyland y controlen la población de ratones del
parque.
4.-El bar más exclusivo de Estados Unidos:
Pocas personas saben que Disneyland alberga el “Club 33”, uno de los bares más
exclusivos de Estados Unidos. Situado sobre una de las tiendas de Nueva Orleans
Square. Solo 487 personas forman parte de este selecto club que posee una lista
de espera de 14 años.
5.-Cuestión de perspectiva: En
Disneyland no todo es lo que parece. Especialmente en el “Mundo Mágico”. El
diseño del parque está pensado para que cada visitante se sienta sumergido en
las historias que se cuentan. Para ello, los arquitectos se esforzaron en crear
ilusiones ópticas forzando las perspectivas. Así, edificios como el Castillo de
la Bella Durmiente mide solo 23 metros de altura, pero parece mucho más alto
debido a que los ladrillos y adornos arquitectónicos son cada vez más pequeños
a medida que se ubican más alto en la estructura.
6.-El fantasma de Walt:
Como todo mundo mágico que se precie, Disneyland posee su propio misterio en
forma de fantasma. Durante la construcción del parque, Walt Disney decidió
vigilar las obras personalmente y se mudó con su familia a un pequeño
apartamento construido sobre la estación de bomberos de Main Street. Pasaba
casi todas las noches estudiando y corrigiendo los planos del parque en el
salón de su casa. Para recordar su presencia, cada día se enciende una luz en
esa habitación, cuyo reflejo puede verse desde la calle. Cada noche, después
que todos se han ido, la luz se apaga automáticamente, pero cada mañana vuelve
a encontrarse encendida y los planos sobre el escritorio aparecen siempre con
nuevas correcciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario