Un estudio en EE.UU. revela que los nacidos en otoño son
los que con más frecuencia viven hasta cien años o más.
Es más probable que los niños
que vieron la luz entre septiembre y noviembre sobrevivan a sus coetáneos
nacidos en otras épocas del año, según un estudio de científicos de la
Universidad de Chicago.
Los investigadores Leonid
Gavrilov y Natalia Gavrilova han analizado la información sobre el nacimiento y
la muerte de más de 1.500 estadounidenses que vivieron cien años o más, nacidos
entre los años 1880 y 1895. Los datos fueron comparados con los de sus hermanos
y sus cónyuges que tuvieron las mismas condiciones de vida en la niñez y
durante la vida adulta, respectivamente.
Los resultados muestran que la mayor esperanza de vida la tienen los que nacieron entre septiembre y noviembre, mientras que los nacidos en marzo, mayo o junio suelen morir a edades más tempranas.
La explicación más probable de este fenómeno, según los investigadores, son las infecciones estacionales que afectan a los niños en primavera y en verano. Además, la falta de vitaminas después del invierno y los cambios hormonales en los primeros meses de vida también son factores que pueden influir en la esperanza de vida de las personas en idénticas condiciones.
Sin embargo, a lo largo del siglo XX el avance de la medicina permitió minimizar los efectos negativos de las infecciones infantiles en la salud y reducir los casos del contagio.
Los resultados que obtuvieron los científicos norteamericanos coinciden, en términos generales, con los de otra investigación realizada en Alemania por Alexander Lerchl.
Los resultados muestran que la mayor esperanza de vida la tienen los que nacieron entre septiembre y noviembre, mientras que los nacidos en marzo, mayo o junio suelen morir a edades más tempranas.
La explicación más probable de este fenómeno, según los investigadores, son las infecciones estacionales que afectan a los niños en primavera y en verano. Además, la falta de vitaminas después del invierno y los cambios hormonales en los primeros meses de vida también son factores que pueden influir en la esperanza de vida de las personas en idénticas condiciones.
Sin embargo, a lo largo del siglo XX el avance de la medicina permitió minimizar los efectos negativos de las infecciones infantiles en la salud y reducir los casos del contagio.
Los resultados que obtuvieron los científicos norteamericanos coinciden, en términos generales, con los de otra investigación realizada en Alemania por Alexander Lerchl.
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