Un día de hace 125 millones de años, dos dinosaurios
feroces, del tamaño de un lobo, de unos dos metros de longitud, caminaban
satisfechos. Habían tenido un buen día de caza y tenían el estómago lleno. Uno
de ellos había devorado incluso a un Sinornithosaurus, un pariente alado de los
temibles velocirraptores, que comía carne y, probablemente, era capaz de volar
o planear durante unos metros. Sin embargo, algo les sucedió a estos dos
individuos, de la especie Sinocalliopteryx gigas, que les impidió disfrutar del
todo su festín. Ambos murieron antes de completar la digestión.
Gracias a su infortunio, ahora, un grupo de paleontólogos
de la Universidad de Alberta en Canadá y de la Academia de Ciencias Geológicas
de China ha podido encontrarlos y obtener mucha información sobre cómo se
alimentaba su especie y qué manera tenía de cazar. En el interior del primer
individuo, hallado en la provincia china de Liaoning en 2007 y que dio nombre a
la especie, se encontró fosilizada parte de la pierna de un Sinornithosaurus,
un dinosaurio de la familia de los Dromaeosauridae (lagartos corredores).
Entonces, aunque no es posible precisar sin discusión si estos animales eran
carroñeros o cazadores, los investigadores consideraron los restos evidencia de
un estilo de vida depredador.
Ahora, en un estudio publicado en la revista PLoS, los
paleontólogos chinos y canadienses añaden información que parece reforzar la
hipótesis de que los Sinocalliopteryx cazaban.
Además de analizar de nuevo los
restos encontrados en el vientre del primer espécimen, dan cuenta del hallazgo
de un segundo que, además, contiene restos fosilizados de dos Confuciusornis,
un tipo de pájaro primitivo, y de otro animal que podría ser un Psittacosaurus
(lagarto loro), pero que no puede ser identificado con seguridad.
Los restos del festín de estos animales y su grado de
descomposición han inclinado a los científicos a pensar que los
Sinocalliopteryx eran depredadores y no carroñeros. La presencia de dos
“pájaros” Confuciusornis, relativamente fáciles de digerir, en el estómago de
uno de los dinosaurios en un estado similar de descomposición, se explica mejor
asumiendo que fueron cazados de forma selectiva y consecutiva que pensando que
el animal se encontrase dos cadáveres de forma casi simultánea.
FUERTES Y SIGILOSOS
Si se asume que los Sinocalliopteryx eran depredadores, los fósiles chinos cuentan también alguna cosa más sobre su forma de cazar. Por un lado, el tamaño del trozo de pierna de una de las víctimas, el familiar del velocirraptor, correspondería a un individuo de casi un metro de longitud. Estos dinosaurios serían capaces por lo tanto de capturar y devorar a otros carnívoros de gran tamaño, poco menos que la mitad del suyo.
Los ejemplares murieron posiblemente atrapados por las
cenizas de un volcán
Por si fuera poco, a la fuerza para vencer a otros
grandes predadores, los Sinocalliopteryx debían añadir una extraordinaria
habilidad para atrapar a los voladores Confuciusornis. Con plumas, pero
incapaces de volar o de trepar a los árboles, debían contar con el sigilo
necesario para acercarse a su presa sin que esta se percatase y emprendiese el
vuelo. En este sentido, este dinosaurio contaba con que aquellas aves
primitivas no estaban tan bien adaptadas al vuelo como las actuales y requerían
más tiempo para despegar y huir.
Mucho menos conocido que el velocirraptor, este último
hallazgo parece confirmar al Sinocalliopteryx como uno de los grandes cazadores
de su época y se reivindica con un enfrentamiento directo con uno de los
familiares del primero. “Es la primera evidencia directa de un raptor
convirtiéndose en la comida de otro depredador”, asegura Scott Persons,
investigador de la Universidad de Alberta y coautor del estudio. Su ferocidad,
no obstante, no pudo salvarlos de la muerte que, posiblemente, fue provocada
por un volcán. Según cuenta Persons, fueron hallados entre sus cenizas que
conservaron los restos del dinosaurio hasta que los paleontólogos los
encontraron.
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