Las publicidades nos aseguran que tienen las mejores
cualidades, en los medios de comunicación se ven como manjares humeantes que
nos resuelven una comida y nos quitan el hambre en menos de cinco minutos.
Sin embargo, estas pócimas tienen unos cuantos
detractores que las critican. Aseguran que se trata de uno de los peores
productos que podemos ingerir y hasta, incluso, dicen que pueden llegar a
causar terribles enfermedades.
El secreto en un sobrecito
“Claro que son una buena alternativa para dar saciedad”, explica la licenciada Lucía Molina, del departamento de Nutrición de Halitus Instituto Médico. “El mayor problema que presentan estos potajes es que tienen un exceso de sodio”, aclara.
Y afirma que se trata de un alimento como cualquier otro,
sólo que está deshidratado. Es decir que, al reconstituirse con agua y
someterse a la cocción (aunque algunas sólo hay que prepararlas con agua
caliente), restablecen sus características nutricionales y organolépticas
(condiciones físicas de la materia que pueden percibir nuestros sentidos como
sabor, textura y aroma).
¿Sirven para un régimen alimentario?
“Como dijimos antes, son un buen recurso que brinda la sensación de saciedad. Pero hay que tener en cuenta que si bien algunas no aportan nada de calorías hay otras que sí. Depende de que sean Light y de que tengan o no agregados de fideos, arroz, pollo o vegetales”, dijo la especialista.
Sin embargo, mucho se habló acerca de los males que
pueden causar, debido a que manifestaron que en su fórmula contienen algunos
ingredientes químicos perjudiciales para el organismo. Pero la especialista no
está de acuerdo, ya que asegura que se trata de un mito que sólo sirvió para
difamarlas.
Basta de prejuicios
Las sopas instantáneas pueden seguir ocupando un lugar privilegiado en la alacena de nuestra cocina. Pero… ¿Con qué frecuencia convendrá incluirlas en nuestro menú?
“Si no hay problemas de salud asociados, como
hipertensión, enfermedades renales o cardiopatías, por mencionar algún ejemplo,
no hay razón para limitar su consumo. Siempre y cuando se empleen en el marco
de una alimentación sana y balanceada”, define claramente la licenciada.
De todas maneras, nos regala una opción para aquellos que
tengan prohibido o no están seguros de consumirlas: “Una alternativa muy sana
son los caldos caseros. Pueden conservarse unos cuantos días en la heladera y
basta con calentarlos en el horno microondas o en una hornalla, explica.
“Tienen menos contenido de sodio y puede realizarse con
los ingredientes que se prefiera, colándolos o almacenándolos, según el
contenido calórico que se pretende conservar”.
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