Las células fueron introducidas en el cerebro de unos
niños que padecen el síndrome de Pelizaeus Merzbacher.
Científicos y neurocirujanos de
la Universidad de California (UCSF), San Francisco, EE.UU., llevaron a cabo
unas operaciones con el uso de células madre que ayudaron en el tratamiento de
una enfermedad incurable del cerebro.
Las intervenciones se llevaron a
cabo en cuatro chicos con una rara enfermedad del cerebro
llamada el síndrome de Pelizaeus Merzbacher. En el cerebro humano está presente
una sustancia especial, la mielina, que rodea las fibras nerviosas. Sin la
mielina es imposible la transmisión de los impulsos eléctricos a lo largo de
las fibras y las señales del cerebro se dispersan.
La mayoría de los niños nace con una cantidad muy pequeña de mielina que aumenta durante su etapa de crecimiento. Pero los niños con esta enfermedad tienen una mutación genética que impide la producción de mielina, lo que hace que las señales eléctricas se desvanezcan antes de llegar a su destino en el cerebro. Esto trae graves consecuencias para el desarrollo del niño: no puede aprender a caminar o a hablar y finalmente se produce su muerte prematura.
Para avanzar en el tratamiento de la enfermedad, los científicos norteamericanos han trasplantado con éxito unas células madre neurales humanas a la sustancia blanca de los lóbulos frontales del cerebro. 12 meses después de la cirugía, aumentó la cantidad de mielina en los cerebros de 3 de los 4 pacientes, después de lo cual la función cerebral mejoró significativamente.
El más adulto de ellos, de 5 años de edad, fue capaz de comer y de andar por primera vez por su propia cuenta, con una mínima ayuda de los adultos. Además, en ninguno de los casos ha habido efectos secundarios graves, tales como el desarrollo de tumores.
Aunque todavía es solo un experimento que requiere de un mayor desarrollo, este método abre el camino para la elaboración de nuevos tratamientos de dolencias genéticas como la enfermedad de Parkinson y la esclerosis múltiple.
La mayoría de los niños nace con una cantidad muy pequeña de mielina que aumenta durante su etapa de crecimiento. Pero los niños con esta enfermedad tienen una mutación genética que impide la producción de mielina, lo que hace que las señales eléctricas se desvanezcan antes de llegar a su destino en el cerebro. Esto trae graves consecuencias para el desarrollo del niño: no puede aprender a caminar o a hablar y finalmente se produce su muerte prematura.
Para avanzar en el tratamiento de la enfermedad, los científicos norteamericanos han trasplantado con éxito unas células madre neurales humanas a la sustancia blanca de los lóbulos frontales del cerebro. 12 meses después de la cirugía, aumentó la cantidad de mielina en los cerebros de 3 de los 4 pacientes, después de lo cual la función cerebral mejoró significativamente.
El más adulto de ellos, de 5 años de edad, fue capaz de comer y de andar por primera vez por su propia cuenta, con una mínima ayuda de los adultos. Además, en ninguno de los casos ha habido efectos secundarios graves, tales como el desarrollo de tumores.
Aunque todavía es solo un experimento que requiere de un mayor desarrollo, este método abre el camino para la elaboración de nuevos tratamientos de dolencias genéticas como la enfermedad de Parkinson y la esclerosis múltiple.
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