Las autoridades niponas se centrarán en el estudio de los
documentos y registros históricos de los sismos ocurridos en el pasado.
El Gobierno de Japón tiene la
intención de revisar el plan de investigación de la actividad sísmica en la región
previsto para el año 2013. En particular se baraja la idea de estudiar y
analizar los datos históricos de los sismos en el pasado para predecir los
futuros megaterremotos.
Según los científicos japoneses,
la falta de un conocimiento amplio acerca de los llamados megaterremotos que
tuvieron lugar en el pasado se convirtió en una de las razones fundamentales
por la que los expertos no pudieron predecir el terremoto
devastador que sacudió a Japón el 11 de marzo del año pasado.
Según un nuevo proyecto de plan
de investigación, a partir del año próximo la atención de los sismólogos se
centrará no solo en el estudio de los procesos de los sismos y la modelación de
las réplicas, sino también en el estudio de los documentos y registros
históricos.
Los científicos también tendrán
que ampliar la capacidad de monitorear los cambios que suceden en el fondo del
mar después de los terremotos de
gran magnitud, especialmente en áreas donde es alto el riesgo de terremotos
futuros. Además, se propone centrarse en el estudio de los cambios en la
geología de las zonas lejanas después de que se produzca un terremoto.
El archipiélago asiático se
encuentra en una zona de elevada actividad sísmica. El megaterremoto del año pasado sacudió
el noreste de Japón. Tras los sismos de 9,0 de magnitud a la costa llegó un
tsunami de 14 metros que inundó cuatro de los seis reactores de la central nuclear
Fukushima-1. En una área de 20 kilómetros de la planta fueron
evacuadas 140.000 personas. Superar completamente las consecuencias del
accidente, incluso el desmantelamiento de los reactores, llevará unos 40 años,
advierten los expertos.
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