Ben Brooks Dutton salvó por instinto a su hijo de dos
años de la trayectoria de un coche descontrolado la noche del 10 de noviembre
del 2012. El precio de esta heroicidad fue la vida de su mujer Desreen, de 33
años, que fue arrollada por el vehículo.
Aquella noche la familia regresaba a casa después de una
cena con unos amigos cuando el coche sin control subió a la acera. “En un
segundo reaccioné para salvar a mi hijo Jackson y todo acabó en tragedia”
relata al Daily Mail el afectado viudo.
La policía asegura que la superviencia de padre e hijo
fue un milagro porque era muy difícil alejarse de la trayectoria del Mercedes
descontrolado. Sin embargo, saber eso no alivia el dolor de Ben: “Me siento
culpable de seguir vivo y que Desreen no lo esté. En mis pesadillas soy yo el
atropellado y el que muere”, asegura al diario.
Amigos y familiares le dieron todo el apoyo posible para
ayudarle a sobrellevar la pérdida pero eso no era suficiente para Ben, y acudió
a Internet intentando encontrar a gente que hubiese pasado por lo mismo:
“Quería encontrar a alguien, con un niño, que pudiese entender por lo que
estaba pasando”, pero su búsqueda no tuvo éxito.
Finalmente, decidió comenzar un blog con la esperanza de
ayudar a otras personas en su misma situación y el resultado ha sido abrumador
con más de 100.000 visitas al sitio y creciendo. Pero Ben no se ha detenido ahí
y la semana pasada acudió al programa ‘BBC Breakfast’ en un intento de promover
la aparición de más voluntarios masculinos que ayuden a superar la pena.
“Quiero que los demás hombres sepan que está bien llorar y mostrar
sentimientos. Es también mi forma de honrar a Desreen”.
A Ben todavía le cuesta mucho hablar del accidente de
aquella noche y asegura que durante mucho tiempo estuvo convencido de no haber
hecho todo lo posible por salvar a “su alma gemela” pero después fue consciente
de que ni siquiera podía fiarse de su memoria. “Al parecer, mi reacción fue
tratar de salvar a los dos” dice recordando imágenes emitidas por medios del
lugar.
La policía lo dice claro, nunca tuvo ninguna oportunidad
de salvar a los dos. Su hijo Jackson sobrevivió sin un rasguño, y su padre de
momento solo puede decir una cosa: “Espero poder sacar consuelo de eso algún
día”.
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