Lauren Yardley siempre había soñado con tener una figura
más robusta y decidió operarse los pechos. Pagó casi 4700 euros por unos senos
nuevos, pero, dos meses después de la operación comenzó su pesadilla cuando,
uno de ellos, literalmente se le quedó colgando de la piel.
Según informa el diario Daily Mail, Lauren estaba cansada
de tener el cuerpo de una niña y, con 25 años, decidió aumentarse el pecho. A
los dos meses de la operación, comenzó a rechazar uno de los implantes y se le
salió, literalmente, del pecho.
"Yo no lo podía creer cuando el implante comenzó a
salir de mi pecho", explica la joven, "al principio era como una
ampolla, pero durante las siguientes semanas empezó a salir más y más”.
En el año 2009 Lauren se operó los pechos en una clínica
privada y poco después le diagnosticaron contractura capsular, una complicación
común en cirugía de implantes, en la que el cuerpo forma cápsulas de tejido
cicatricial alrededor del implante.
Pero, en el caso de Yardley el tejido de la cicatriz
apretó el implante hacia fuera de su cuerpo.
Pagó más de 900 euros para que le
remplazaran el implante rechazado pero, dos meses más tarde comenzó a
sobresalirle por la cicatriz. Por lo que los médicos tuvieron que retirarle el
implante y Lauren tuvo que vivir 7 meses con un solo pecho. A pesar de todo, la
joven afirma que no se arrepiente y volvería a ponerse los implantes.
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