Para las dos niñas cubanas, de 12 y 13 años de edad, era
una fiesta sexual más con turistas extranjeros: filmada en video, a veces con
marihuana y alcohol y, en ocasiones, sexo tanto con hombres como con mujeres.
Pero esta vez, Lilian Ramírez Espinosa, de 12 años, perdió el conocimiento. Su
cadáver fue encontrado cinco días después en un área solitaria a las afueras de
la ciudad oriental de Bayamo.
Las niñas “se habían estado prostituyendo por seis meses,
pero una tuvo que fallecer para que las autoridades prestaran atención”, dijo
la abogada de La Habana Laritza Diversent, quien está ayudando con la apelación
de uno de los acusados en el caso.
La muerte de Ramírez, el 14 de mayo del 2010, es el
ejemplo mejor conocido, mejor documentado y más horripilante de prostitución
infantil que ha tenido lugar en Cuba desde que el turismo sexual empezara a
florecer en la isla a principios de la década de 1990.
Turistas canadienses, españoles y de otras nacionalidades
viajan regularmente a la isla de gobierno comunista para tener sexo con menores
de edad, según una investigación conjunta del Toronto Star y El Nuevo Herald,
aunque se desconoce el alcance del problema.
El gobierno de Cuba “se resiste a discutir temas que
puedan sugerir debilidades en el sistema social y de gobierno” como el turismo
sexual con menores, indicó un informe escrito por diplomáticos estadounidenses
en La Habana en el 2010.
EL SEXO NUNCA HA ESTADO RACIONADO
Diversent dijo que no le sorprendía que niñas tan jóvenes
como las de Bayamo estuvieran teniendo relaciones sexuales por dinero en un
país en el que los adolescentes generalmente empiezan a tener relaciones
sexuales a los 12 o 13 años, y las familias enfrenten la escasez de todo tipo
de artículos, desde tomates a zapatos.
“Lo único que nunca ha estado racionado aquí es el sexo”,
dijo la abogada en una entrevista en La Habana.
Lo sorprendente, añadió, es que tres italianos y 10
cubanos fueron juzgados y declarados culpables por la muerte de Ramírez.
Simone Pini, de 45 años, y Angelo Malavasi, de 48, están
cumpliendo condenas de 25 años de cárcel por asesinato y corrupción de menores,
mientras que Luigi Sartorio, de 48, fue condenado a 20 años. Los cubanos
recibieron sentencias de entre 20 y 30 años de cárcel.
Diversent, quien está ayudando con la apelación de Pini y
tiene copias de los documentos del juicio realizado en septiembre del 2011,
dijo que, aunque aspectos del caso siguen siendo oscuros, ella no duda de que
las dos niñas se estuvieran prostituyendo.
Ramírez ya había tenido “relaciones amorosas” con cuatro
cubanos de entre 14 y 25 años, añadió la abogado durante una entrevista
telefónica, leyendo de un reporte policial. Y las fiestas sexuales habían
estado teniendo lugar desde mediados del 2009.
Nancy Muñoz Yero, la madre de una de los adultos cubanos
convictos en el caso, dijo que era conocido que Ramírez y una amiga suya
andaban con extranjeros, así como con hombres adultos de Bayamo.
Pini dijo que él no conocía a ninguna de las chicas y no
sabía nada de fiestas sexuales, pero añadió que residentes de Bayamo le dijeron
durante el juicio que las niñas “hacían sus cositas. No jugaban con muñecas”.
Los documentos legales del caso nunca mencionan la
palabra prostitución, dijo Diversent, aunque señalan que algunas de las chicas
recibían dinero en efectivo o regalos tales como ropa.
Uno de los tres videos presentados por la fiscalía en el
tribunal presentó a una niña de 13 años hablando de sus encuentros sexuales
tanto con extranjeros como con cubanos de ambos sexos, con lo que Diversent
llamó “una naturalidad espantosa”.
Los videos muestran además a algunos de los acusados
recreando los hechos en la casa y el cuarto en que tuvieron lugar, así como el
descubrimiento del cadáver de Ramírez. Los videos fueron publicados en el
internet por la agencia noticiosa disidente Hablemos Press.
Ramírez y una niña de 13 años fueron recogidas por Pini y
un joven cubano cerca de una escuela de Bayamo para llevarlas a una fiesta,
según uno de los videos. Otras dos niñas de 13 y 14 años, respectivamente,
llegaron por separado pero no está claro si llevaron a cabo actos sexuales,
dijo Diversent.
ALEGAN PRESIONES DE LA POLICIA
Ramírez era asmática y perdió el conocimiento mientras la
filmaban teniendo sexo con un hombre cubano de poco más de 20 años, según un
video. También muestra a una niña de 13 años que cuenta en detalle cómo se
desmayó Ramírez y se ríe cuando el cubano usa una palabra que en jerga cubana
significa extranjero.
Creyendo que Ramírez había muerto, y temerosos de
llevarla a un hospital, Pini y otros la pusieron en el maletero de un carro y
la abandonaron en un lugar aislado a las afueras de Bayamo, señaló los videos.
El municipio tiene unos 220,000 habitantes.
Una autopsia de Ramírez indica que murió de asfixia pero
no dice cómo, según Diversent. Su cadáver fue descubierto cuando alguien vio a
un perro mordisqueando una mano humana, de acuerdo con los videos.
Los tres italianos y algunos de los cubanos alegan que
ellos hicieron confesiones falsas o acusaron falsamente a otros bajo fuerte
presión de parte de los interrogadores de la policía y después de semanas en
celdas de aislamiento. Pini y Sartorio alegan que ellos tienen recibos que
prueban que estaban en Italia cuando murió Ramírez.
“Me dijeron que necesitaban mi ayuda para castigar a los
cubanos malos que estaban abusando de las niñas, y entonces me metieron en la
cárcel”, dijo Pini a El Nuevo Herald durante una larga entrevista telefónica
desde el pabellón para extranjeros de la prisión del Combinado del Este en La
Habana.
Muñoz Yero dijo que su hija, Yaina Coset Pardo Muñoz, de
31 años, también aceptó acusar falsamente a otra mujer luego de que la policía
la mantuvo en una celda de aislamiento durante 25 días y luego le dijo que los
ayudara a meter a los culpables en la cárcel.
“Ahora a ella le da pena haber dicho mentiras”, dijo la
madre durante una entrevista telefónica desde Bayamo. La hija cumple una
condena de 22 años por asesinato y corrupción de menores.
Lo que es más, Diversent agregó, un vecino de Bayamo
firmó recientemente una declaración notarizada para la apelación de Pini
diciendo que el día en que Ramírez murió él vio a una chica joven y a un hombre
de entre 30 y 40 años entrar en los matorrales donde su cadáver fue encontrado
días después.
El hombre, Pedro Medel, dijo haber dicho a la policía lo
que había visto, y que días después reconoció a la chica en una foto policial
de Ramírez, pero no fue llamado a testificar en el juicio, añadió la abogada.
Al preguntarle lo que pudo haber pasado a Ramírez, Pini
dijo que él no podía hablar libremente por el teléfono de la cárcel.
“Yo tengo mucho miedo aquí... porque ellos pueden hacer
cualquier cosa aquí, inventar evidencia, borrar evidencia, desaparecer
cualquier cosa”, declaró.
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