El sudario de Turín es la reliquia más famosa del mundo
cristiano. Durante siglos los feligreses han creído que en él se encuentra
plasmado el rostro torturado y crucificado de Jesús. La manera de cómo la
imagen llegó al manto es todo un misterio, que ha despertado el interés de los
científicos por décadas. Durante muchos años, las marcas en el sudario
convencieron a los expertos de que este manto fue utilizado para envolver el
cuerpo lacerado y ensangrentado de un hombre, que murió tras ser crucificado. Sin
embargo, pruebas de carbono 14 indican que éstas fueron realizadas mil años
después de la muerte de Jesús.
¿Quién tuvo entonces la habilidad
necesaria para crear una imagen tan convincente y misteriosa, que luego de
cientos de estudios los científicos todavía no han podido esclarecer cómo fue
hecha? Diferentes expertos examinan la controversial teoría que mantiene que el
Sudario de Turín es obra de Leonardo da Vinci, extraordinario pintor que además
poseía extensos conocimientos de anatomía. Al estudiar el sudario, un experto
en historia del arte es capaz de establecer que el rostro que allí se observa
guarda las mismas características y proporciones utilizadas por da Vinci en sus
retratos. De hecho, algunas claves encontradas en la imagen también apuntan a
señalarlo como el responsable de una técnica de fotografía antigua. En el
documental, varios análisis forenses intentan determinar si en efecto da Vinci
utilizó una cámara obscura para recrear la imagen de Jesús en el lino, a
petición de una de las familias más poderosas de la Italia medieval.
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