Fotografía @juangarcesb |
Una decena
de esferas plateadas que sobrevolaban La Moneda y el
centro de Santiago a la hora de almuerzo paralizaron a miles de peatones en
el Paseo
Ahumada, el Centro Cívico, Plaza de Armas y sus
alrededores.
A unos mil metros de altura, algunas de las esferas de distinto tamaño se
mantenían inmóviles y otras se desplazaban circularmente reflejando la luz. Los
pocos que podían divisarlas bien daban instrucciones a otros peatones que con desesperación trataban de ver algo contra el sol de las 14
horas.
Entre risas nerviosas los paseantes recordaban que todo
calzaba con alguna teoría conspirativa de Juan Andrés Salfate sobre
el esperado contacto extraterrestre durante el último año de vida de la
humanidad.
Allá arriba las figuras aumentaban velocidad y se perdían
mucho más arriba de las azoteas. Abajo las cámaras y teléfonos celulares trataban de captar alguna imagen nítida para el Twitter,
donde se disparaba la paranoia también con relatos estremecedores de contactos del
segundo y tercer tipo o sobre cómo otras civilizaciones se
acercaron a ver la hazaña goleadora de la U.
Ignorado entre la multitud, un vendedor de diarios llamaba a
la cordura a algunas oficinistas que histéricas evaluaban
la posibilidad de una invasión extraterrestre en pleno Serrano con la Alameda.
El hombre explicaba a quien quisiera escucharlo,
que poco antes del mediodía participó de una actividad en el Paseo Bulnes
donde la escuela de arquitectura de la Universidad Mayor lanzó al cielo cientos de
globos plateados con helio.
Aún así, la invasión extraterrestre sonaba mucho más
interesante para los santiaguinos.
Allá arriba las figuras aumentaban velocidad y se perdían
mucho más arriba de las azoteas. Abajo las cámaras y teléfonos celulares trataban de captar alguna imagen nítida para el Twitter,
donde se disparaba la paranoia también con relatos estremecedores de contactos del
segundo y tercer tipo o sobre cómo otras civilizaciones se
acercaron a ver la hazaña goleadora de la U.
Ignorado entre la multitud, un vendedor de diarios llamaba a
la cordura a algunas oficinistas que histéricas evaluaban
la posibilidad de una invasión extraterrestre en pleno Serrano con la Alameda.
El hombre explicaba a quien quisiera escucharlo,
que poco antes del mediodía participó de una actividad en el Paseo Bulnes
donde la escuela de arquitectura de la Universidad Mayor lanzó al cielo cientos de
globos plateados con helio.
Aún así, la invasión extraterrestre sonaba mucho más
interesante para los santiaguinos.
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