Esta mañana, una hora antes de que saliera el Sol, las
tres grandes pirámides de la plataforma de Giza
en Egipto han estado alineadas exactamente con los planetas Saturno, Venus y
Mercurio.
Este fenómeno sucede cada 2.737
años.
Impresiona que este fenómeno de
alineación tenga lugar con una precisión geométrica tan
asombrosa. Mercurio sobre el vértice de la pirámide de Keops. Venus sobre
el vértice de la pirámide de Kefren. Saturno sobre el vértice de la pirámide de
Mikerinos.
Y surgen los interrogantes
clásicos: ¿la posición de las pirámides entre sí es deliberada, buscando esta
alineación? ¿Responden a un plan maestro? ¿Tenían los antiguos egipcios en el
año 2.570 antes de Cristo, fecha de la finalización de la Gran Pirámide de
Keops, los conocimientos de astronomía necesarios para situar tres puntos en el
plano con tal precisión.
La verdad es que cuando uno está en
Giza, Todo lo que hemos considerado nuestro gran hallazgo, el pensamiento
científico, expresado por las observaciones de Galileo Galilei por medio del
telescopio, quedan disminuidas ante la obra de las pirámides y el conocimiento
extraordinariamente avanzado que hay en ellas. Y si por un momento podemos
considerar que su posición y tamaño están determinados por un cálculo
astronómico, nuestra realidad cotidiana se convierte en algo muy pequeño. Más
aún cuando nuestros conocimientos actuales todavía no explican esa realidad
incontestable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario