Algunos preparacionistas esperan el colapso de la
sociedad y otros el fin del mundo, pero millones de ellos en Estados Unidos se
aprestan para un cataclismo global que, según creen, podría ocurrir en unas
tres semanas.
Los preppers, como se
les llama en EE.UU. tienen hasta su propio reality show nada menos que en el
canal de National Geographic, y muchos de ellos vinculan sus expectativas
con el calendario Maya y el 21 de diciembre de 2012.
La red Piedmont Virginia Preppers
explica en su portal, con precisión y jerga técnica, que las catástrofes pueden
ir desde WWL, la sigla en inglés para un mundo sin leyes tras la debacle social
y económica, hasta Teotwawki, o "el fin del mundo tal
como lo conocemos", el apocalipsis.
En medio puede ocurrir un SHTF
-sigla que corresponde, literalmente, a "la mierda salpica desde el
ventilador"- que es algún desastre de carácter regional como un huracán,
una gran inundación, o disturbios y motines.
Los preparacionistas que esperan
un descalabro del gobierno y las instituciones sociales acumulan alimentos,
medicamentos, herramientas, linternas, baterías y, por supuesto, armas y
munición. Los que esperan un colapso económico y financiero acaparan monedas de
oro, compran tierras, fertilizante, semillas.
Los agentes del apocalipsis,
según este sector de preocupados, incluyen una tormenta solar, el
impacto de un meteorito gigante y la subida de los niveles del mar.
Por alguna razón la elección en
2008 del primer presidente negro de Estados Unidos, Barack Obama, aceleró las
preparaciones de cientos de miles de familias que vieron en ello un signo del
fin de los tiempos.
La reciente recesión económica,
la crisis en 2011 en torno al límite de la deuda de EEUU, y la retórica
alarmista que precede al "precipicio fiscal" que supuestamente
ocurrirá a fin de este año, han reforzado las aprensiones de otros
preparacionistas.
"Hay numerosos
acontecimientos que podrían crear una situación en las ciudades donde las
revueltas civiles son muy probables", dijo al diario The Washington Post
el representante republicano en la asamblea legislativa del Estado de Maryland,
Roscoe Bartlett.
Bartlett, científico, ingeniero y
granjero, tiene su propia cabaña en los bosques de Virginia Occidental, donde
tiene generadores de electricidad, alacenas con alimentos y medicamentos.
En las librerías, las pocas
reales que subsisten y las virtuales que se han multiplicado, abundan las
secciones de manuales de supervivencia con instrucciones para hacer fuego,
primeros auxilios, orientación y defensa.
"La sociedad es frágil y
algo ocurrirá", dijo al canal FOX8 de Cleveland (Ohio) Tom Laskowski,
quien dirige una "escuela de supervivencia" en Seven Hills llamada
"Destrezas nativas del Medio oeste".
"Hay gente preocupada por lo
que pueda ocurrir, aunque nadie sabe qué ocurrirá", añadió Laskoski quien
recomienda que almacenen comida y agua para sustentarse por unos tres a seis
meses.
El temor al cataclismo ha
resultado un buen negocio para las tiendas de armas, equipos de campamento y
alimentos enlatados, al igual que para pequeñas empresas como Practical
Preppers, de Carolina del Sur, especializada en la construcción de refugios
subterráneos y el "asesoramiento en seguridad", que es básicamente el
consejo para la compra de armas.
El portal de Practical Preppers
explica que "la instrucción, la experiencia y las destrezas de Hunt y
Kobler se complementan cuando se trata de la preparación para sobrevivir a
desastres cataclísmicos, desde huracanes devastadores a crisis
prolongadas como un ataque electromagnético, que podría destruir nuestra
infraestructura tecnológica, paralizar al gobierno y causar el colapso del
orden social".
No hay comentarios:
Publicar un comentario