El punto más profundo del lecho marítimo puede rendirse a
los oceanógrafos en una inmersión récord.
Un sumergible chino ha llegado a la fosa de las Marianas
para establecer el récord de la inmersión tripulada más profunda del mundo. El
aparato bautizado ‘Dragón de Mar’ (‘Jiaolong’ en chino), realizará en un mes
seis inmersiones consecutivas hasta alcanzar los 7.000 metros de profundidad.
Para conseguir el objetivo,
los diseñadores proporcionaron al batiscafo una capacidad de soportar la
presión de unas 10.000 toneladas por metro cuadrado de la superficie. Está
fabricado íntegramente de fibra de vidrio y tiene unas dimensiones exteriores bastante
reducidas: ocho metros de longitud por tres de ancho y tres de altura.
Más allá del intento de
establecer el récord, la Administración Estatal Oceánica de China plantea
ante la misión varias tareas
oceanográficas. Comprenden los sondeos biológico, químico y óptico
de las aguas profundas, incluida la toma de muestras.
Los portavoces del proyecto
prefieren no definir el aparato como submarino, puesto que su operatividad en
cada minuto depende de la embarcación que está arriba. Esa desventaja no
impidió a que el dispositivo realizara con éxito sus primeras pruebas en aguas
del mar de China Meridional entre mayo y julio del 2010, cuando alcanzó la
profundidad de 3.760 metros con tres tripulantes a bordo. Un año más tarde se
sumergió hasta los 5.143 metros en el Noreste del Pacífico: una
operación que facilitó a los tripulantes captar numerosas imágenes durante el
descenso.
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