Estudios revelan que fumar provoca un acelerado declive
cerebral y disminuye la inteligencia.
Son varias las enfermedades
asociadas al tabaco, pero un nuevo estudio revela que los fumadores muestran
una disminución del tamaño del cerebro, lo que puede generar problemas de
memoria.
Según la investigación de la
Universidad Humboldt de Alemania, cuanto más cigarrillos fume al día una
persona y más tiempo mantenga este hábito “más fina es la corteza orbito
frontal del cerebro”.
El adelgazamiento de la corteza cerebral en esta región había sido relacionado con el envejecimiento y la reducción de la inteligencia.
El adelgazamiento de la corteza cerebral en esta región había sido relacionado con el envejecimiento y la reducción de la inteligencia.
Simone Kühn, coautora del estudio, detalló
que en la corteza orbito frontal se localiza “el control de los impulsos y los
estímulos a la recompensa y la toma de decisiones”.
Asimismo, indicó que el adelgazamiento de
esta zona puede aumentar el riesgo de adicciones. Fumar tendría así un efecto
acumulativo sobre el cerebro, que hace muy difícil claudicar a los fumadores
crónicos.
Otra investigación realizada por la
Universidad británica de Northumbria señala que los “fumadores sociales” sufren
daños en su memoria idénticos a quienes son consumidores habituales de tabaco.
Tanto quienes fumaban siete días a la semana como quienes lo hacían solo dos de cada siete días tuvieron los peores resultados en las pruebas de memoria prospectiva, que es la que nos permite recordar acciones programadas.
Tanto quienes fumaban siete días a la semana como quienes lo hacían solo dos de cada siete días tuvieron los peores resultados en las pruebas de memoria prospectiva, que es la que nos permite recordar acciones programadas.
Tom Heffernan, coautor de la
investigación, asegura que el deterioro de la memoria vinculado al tabaco
podría deberse a un acelerado declive cerebral y al
encogimiento del cerebro.
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