martes, 19 de junio de 2012

EL VATICANO ACUSÓ A LOS MEDIOS Y AL DIABLO POR EL ESCÁNDALO DE LAS FILTRACIONES DE DOCUMENTOS


El número dos del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, acusó este lunes a la prensa y también al diablo de avivar el escándalo sobre la filtración de documentos de la Santa Sede que sacude a la Iglesia Católica y al papa Benedicto XVI.


Bertone acusó a los medios de "ignorar intencionalmente" los aspectos positivos del Vaticano y de centrarse en su lugar en la cobertura del escándalo, durante una entrevista con la revista católica italiana Famiglia Cristiana que aparecerá en la edición del jueves pero que ya fue suministrada este lunes a la prensa.

El secretario de Estado del Vaticano dijo también que "muchos diarios juegan a imitar a Dan Brown", el autor de novelas como "El Código Da Vinci" y "Angeles y Demonios", relatos ficticios de luchas de poder y escándalos en la Iglesia Católica que tuvieron un gran éxito en ventas en todo el mundo.

"Se inventan fábulas y leyendas. Todo es falso, y la verdad es que hay una voluntad de dividir que viene del diablo. La unidad en torno al Papa es fundamental, da fuerza al trabajo de la Iglesia y se intenta dividir", declaró.

"Ellos (los periodistas) siguen inventando cuentos de hadas y leyendas repetidas", manifestó el número dos del Papa, citado por la agencia de noticias Europa Press.

Las acusaciones de Bertone, que sucede a Benedicto XVI en la jerarquía de la Santa Sede, parecen ser el último intento de altos de funcionarios vaticanos por aminorar los daños producidos tras el estallido de las filtraciones.

El escándalo empezó en enero, cuando varios documentos con información delicada sobre presunta corrupción y luchas de poder en el Vaticano comenzaron a aparecer en los medios de comunicación italianos.

Pero se profundizó el mes pasado con la detención del mayordomo del Papa, a quien se le encontraran documentos vaticanos en su vivienda, y con la publicación de un libro del periodista Gianluigi Nuzzi con decenas de escritos privados del Papa.

El Vaticano enseguida pasó a la defensiva por las filtraciones, que muchos analistas ven como una conspiración de rivales de Bertone para minar la autoridad del segundo del Papa.
El libro de Nuzzi, titulado "Las cartas secretas de Benedicto XVI", fue calificado por la Santa Sede como un "acto criminal".

En este marco, si bien varios funcionarios del Vaticano con altos cargos criticaron a los medios por supuestamente azuzar el escándalo, los periódicos italianos, en particular, publican a diario los detalles sobre la investigación de las filtraciones.

Pero en la entrevista con Famiglia Cristiana, Bertone fue más lejos en las críticas hacia la prensa y fustigó la "vehemencia" de algunos diarios italianos en buscar la creación de divisiones entre el Papa y sus colaboradores donde no las hay.

Según el cardenal, algunos medios están llenos de "mezquindades y mentiras propagadas en estos días", y agregó que "fuera de Italia la gente está pasando por duros momentos intentando comprender la vehemencia de algunos diarios italianos".

Asimismo, sostuvo que la Iglesia Católica era un "punto de referencia inequívoco para una cantidad incontable de personas e instituciones en el mundo", y agregó: "Esta es la razón por la que se trata de un intento por desestabilizarla".

El secretario de Estado admitió que el Vaticano no es perfecto y que nadie en la Santa Sede "quiere ocultar las sombras y defectos de la Iglesia".

Pero insistió en que los medios, y los italianos en particular, fueron demasiado lejos debido a que, al publicar documentos filtrados, violaron el derecho a la intimidad del Pontífice y de la gente que está de su lado.

En una reunión con el portavoz jefe del Vaticano, Federico Lombardi, un periodista italiano cuestionó la acusación a los medios por parte de Bertone y le recordó que el escándalo de filtraciones comenzó con una carta en que un arzobispo se quejaba con el Papa por casos de corrupción en la Santa Sede.

Luego de divulgarse sus cartas, que mancharon la imagen de varios cardenales, el arzobispo Carlos María Vigano fue trasladado a Washington.

En las misivas, Vigano escribió a Bertone y al Papa para  denunciar lo que definió como una red de corrupción y nepotismo en el Vaticano vinculada a la concesión de contratos a empresas italianas con precios inflados.

En una carta, Vigano escribió sobre una campaña de desprestigio en su contra por parte de otros funcionarios del Vaticano que estaban molestos porque había tomado medidas drásticas para aclarar los procedimientos de compra.

Asimismo, pidió permanecer en el cargo para terminar lo que había comenzado. Pero Bertone decidió sacar a Vigano de su puesto tres años antes del fin de su mandato y lo envió a Estados Unidos.

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