Incluso en un país que tiene 44
asesinatos al día, el caso ha dejado al público horrorizado. Una banda de
ladrones abatió a tiros a un padre, violó y asesinó a su esposa. Luego, en un
último acto de brutalidad repugnante, ahogaron al hijo de la pareja de 12 años
en agua hirviendo.
Más allá de las zonas en guerra, la tasa de asesinatos en Sudáfrica sólo es superada por las naciones de América Latina envueltas en terribles batallas entre bandas de narcotraficantes.
La banda incluye al jardinero de la familia y al hijo de
una empleada doméstica. Se alegó que estaban motivados por la forma en que
habían sido tratados por la familia.
El jueves comparecieron ante el tribunal. El jardinero
Patrick Radebe, de 24 años, confesó ser parte de la banda que irrumpió en la
casa de los Viana en octubre del año pasado.
El Tribunal Regional de Vereeniging escuchó que después
de entrar a la casa en Walkerville, un suburbio de Johannesburgo, la banda
esperó a que llegara el padre Tony Viana, un ingeniero de 53 años. Cuando entró
por la puerta principal, lo atacaron con palos de golf y un cuchillo similar a
un machete (conocido como “panga”) antes de atarlo y ordenarle que les dijera
cómo abrir la caja fuerte de la familia.
Cuando Geraldine Viana, la esposa de 43 años, y su hijo
Amaro, de 12, regresaron a la propiedad, también fueron víctimas. Madre e hijo
fueron atados en habitaciones separadas.
Dos de los hombres violaron a la mujer
antes de que tanto ella como su marido fueran asesinados a tiros.
De acuerdo con la confesión judicial, Radebe y su “socio”
Sipho Mbele, de 21 años, se dieron cuenta de que si dejaban con vida al hijo de
la pareja, podría identificarlos ante la policía.
"Fuimos al baño y abrimos la canilla”, dijo la
pareja en la declaración. “Lo amordazamos porque lloraba. Lo obligamos a meter
la cabeza en la bañera, sabiendo que iba a ahogarse”.
El perro de la familia de Viana también fue asesinado
cuando cortaron su estómago con un cuchillo.
Afortunadamente, la hija del primer matrimonio de Viana,
Gabriela, no estaba en casa de su padre cuando los ladrones atacaron.
A pesar de una reciente mejora en las estadísticas de
criminalidad, Sudáfrica sigue siendo uno de los países más peligrosos del
mundo. Un promedio de poco menos de 44 personas al día son asesinados allí.
Más allá de las zonas en guerra, la tasa de asesinatos en Sudáfrica sólo es superada por las naciones de América Latina envueltas en terribles batallas entre bandas de narcotraficantes.
Mbele y Radebe se declararon culpables de los cargos de
allanamiento de morada con la intención de robar, robo agravado, violación,
tres cargos de homicidio, posesión de un arma de fuego sin licencia, posesión
ilegal de municiones y daños intencionales a la propiedad.
La abogada de los acusados Charmaine Castleman afirmó que
los hombres llevaron a cabo el ataque para "devolver" de alguna
manera a la señora Viana la forma en que anteriormente los habían tratado.
Al describir el asalto sexual, dijo que “en primer lugar
Mbele violó a la mujer mientras Radebe le ayudó parándose sobre su cabeza.
Entonces Radebe la violó, mientras que Mbele sostuvo una almohada sobre la
cara”.
El tercer miembro de la banda Sphiwe David Motaung, de 20
años, ya se había declarado culpable de robo agravado y daños a la propiedad.
Según informes sudafricanos, los delincuentes fueron
llevados de vuelta a sus celdas después de permanecer sonrientes en los
tribunales.
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