Las excavaciones que se realizan en el
yacimiento de ámbar de San Just, ubicado en la localidad de Utrillas (Teruel,
España), han sacado a la luz la pieza de ámbar más grande hallada hasta la
fecha en este afloramiento turolense y una de las mayores conocidas de España.
La pieza tiene un peso aproximado de un kilo y un tamaño similar al de un melón
mediano.
Estas características le convierten en un ejemplar muy
significativo para desentrañar los procesos de formación de estas masas de
resina fósiles. Su espectacularidad ha hecho que sea "indultada" y
que no sea fraccionada en busca de organismos en su interior, según ha
informado el Departamento de Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de
Aragón.
Este hallazgo se une al de la pasada campaña de
excavaciones que reveló un ejemplar de mantis religiosa, grupo de insectos
extremadamente raro en el registro fósil.
Los expertos que trabajan en el yacimiento de San Just se
centran este año en conseguir diferentes tipos de hojas de plantas asociadas al
depósito de ámbar para realizar estudios geoquímicos. Algunos compuestos
orgánicos característicos, que se pueden detectar, se encuentran tanto en el
ámbar como en el interior de los restos de hojas de las plantas productoras, lo
que permite relacionarlos, "de ahí nuestro interés en saber qué planta o
plantas produjeron el ámbar de San Just", ha explicado Enrique Peñalver,
codirector de la excavación.
Insectos y arañas
El equipo de investigación que estudia el ámbar de San Just está formado por
investigadores de la Universidad de Barcelona, el Instituto Geológico y Minero
de España, paleontólogos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-
Dinópolis y de las universidades de Lyon (Francia) y Kansas (Estados Unidos).
Todos ellos están realizando una nueva excavación, como continuación a las de
2007 y 2010 que aportaron un importante número de fósiles.
El objetivo principal es continuar con la obtención de la
mayor cantidad de ámbar posible para incrementar el número de ejemplares de
insectos y arañas y así completar el conocimiento del ecosistema boscoso del
Cretácico Inferior de Iberia hace 110 millones de años. El estudio de los
ejemplares fósiles encontrados en San Just en los últimos años ha permitido el
conocimiento de numerosas nuevas especies de insectos y arañas, algunas con
nombres científicos dedicados a la población de Utrillas.
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