Los mares que bañan a las islas Seychelles y a Alemania
son los más sanos de las zonas habitadas, mientras las aguas de Sierra Leona
las más insalubres, según un estudio publicado el miércoles, donde se muestra
el estado con frecuencia mediocre de los océanos.
En la clasificación de la calidad de las aguas, la isla
de Jarvis, pequeño territorio deshabitado del Pacífico sur, perteneciente a
Estados Unidos, es el primero, con un resultado de 86 puntos sobre 100, así
como otras islas desiertas del Pacífico.
"Evidentemente, la presencia humana tiene un impacto
negativo substancial para el océano, y los resultados están en relación inversa
con la población costera", destaca el estudio, publicado en la revista
científica Nature.
Cerca de la mitad de la población mundial vive cerca de
las costas.
La Seychelles, uno de los únicos países en desarrollo
entre los doce primeros lugares, y Alemania, se colocan en el cuarto lugar,
encabezando a los países habitados con un resultado de 73 puntos sobre 100.
Estos dos países son seguidos por Polinesia francesa (72
puntos sobre 100). Francia con 66 sobre 100, detrás de Rusia, con 67.
De América Latina, Brasil obtiene 62 puntos sobre 100,
Trinidad y Tobago 63, Costa Rica 61, Guatemala 60, Ecuador y Chile 60, México
55, y Colombia y Cuba 52.
Entre los más bajos resultados latinoamericanos en
calificación figuran Uruguay con 47 sobre 100, Honduras y Venezuela 46, El
Salvador 45, Perú y Haití 44, y Nicaragua con 43.
Once países africanos se colocan en los últimos lugares
de la clasificación, con resultados de 42 a 36.
La clasificación fue elaborada por investigadores
estadounidenses y canadienses, que estudiaron 171 Zonas Económicas Exclusivas
(ZEE) que se extienden hasta 200 millas náuticas de las costas y cuya
responsabilidad corresponde a los países costeros.
Estas ZEE representan 40% de los océanos del mundo, así
como lo esencial de sus recursos, sus zonas de diversión y empleos que
suministra el mar.
Los investigadores midieron las capacidades de los
océanos del mundo para suministrar alimento y actividades de diversión al
hombre, al mismo tiempo que preservan la biodiversidad oceánica.
En general, los países en desarrollo de Africa
occidental, el Oriente Medio y América central tienen resultados bajos, a
diferencia de los países de Europa del norte, Canadá, Australia y Japón.
Hay excepciones notables, como Surinám que está entre los
12 primeros y Polonia y Singapur, en lo más bajo de la clasificación.
Los investigadores estudiaron temas diferentes, entre los
cuales el suministro de alimento, la calidad del agua, la pesca artesanal, las
capacidades captación de carbono, turismo y biodiversidad.
Benjamin Halpern (Universidad de California), uno de los
responsables del estudio, indicó a la AFP que es "la primera vez que se
comparan y combinan directamente dimensiones muy diferentes -ecológicas,
sociales, económicas, políticas- que definen un océano con buena salud".
"Es un instrumento importante para evaluar el lugar
a donde se quiera ir", subrayó.
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