La situación de la Voyager 1, la sonda humana que ha
llegado más lejos en el espacio, tiene con el corazón en un puño a la NASA.
Aunque de momento no hay ninguna confirmación oficial, unos datos que
evidencian que la nave está cambiando de «paisaje» han aumentado las
expectativas entre los que esperan con ansia un nuevo hito en la historia de la
exploración espacial. La Voyager, lanzada en 1977, puede haber atravesado la
última frontera, los límites del Sistema Solar, a unos 18.000 millones de
kilómetros del Sol.
En agosto, la agencia espacial americana ya anunció que
todo parece indicar que la nave se encontraba cerca de alcanzar el otro lado.
Ahora, un gráfico sobre el número de partículas solares que golpean la nave
supone una nueva evidencia de que, quizás, lo haya conseguido. Es una buena
señal, pero hay que ser precavidos, todavía hacen falta más.
El gráfico muestra el número de partículas -la mayoría de
ellas protones- provenientes del Sol que golpean la nave espacial. En
septiembre puede apreciarse una caída en picado de estas partículas, lo que
parece indicar que la Voyager se encuentra, por fin, en el espacio
interestelar, un lugar dónde esas partículas no alcanzan. Sería el primer
artefacto humano en conseguirlo. En agosto, los científicos de la misión en el
Centro de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés)
anunciaban que «el primer emisario de la Humanidad al espacio interestelar está
en los confines de nuestro Sistema Solar», aunque no sabían exactamente cuándo
el ingenio cruzaría la frontera. Entonces, la nave ya registraba partículas
provenientes de otras estrellas cada vez más abundantes, al tiempo que los
impactos de rayos cósmicos eran cada vez mayores. Para confirmar
definitivamente que tenemos la nave fuera del «barrio», es necesario obtener
algunos datos más sobre cambios en las fuerzas gravitatorias y magnéticas. Sin
ello, no pueden lanzarse las campanas al vuelo, por muchas ganas que tengamos.
La Voyager 1 es una de las misiones más exitosas de la
NASA. La sonda y su hermana gemela, la Voyager 2, fueron lanzadas hace 35 años
desde Cabo Cañaveral con la misión de explorar el Sistema Solar. Actualmente,
la 1 se encuentra a 18.000 millones de kilómetros del Sol y se desplaza a 17
kilómetros por segundo. Su hermana se encuentra a 15.000 millones de kilómetros
del Astro rey. Están diseñadas para resistir hasta 2025. Hasta dónde serán
capaces de llegar todavía está por ver.
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