¿Qué vino primero, la gallina o el huevo? La
investigadora Darla Zelenitzky, de la Universidad de Calgary, y el fisiólogo
James R. Stewart, de la Universidad Estatal de Tennessee, ayudan a resolver
este milenario dilema. Para frustración de los antiguos filósofos, no se trata
de un círculo vicioso sin solución pues por medio de la ciencia, finalmente se
puede obtener una respuesta: el huevo fue primero.
Por medio de un largo proceso de evolución, las gallinas
llegaron a ser la especie que conocemos hoy en día. En algún punto, un ave
ancestral produjo una descendencia que debido a una mutación genética dio el
paso necesario para convertirse en gallina. Es decir, un animal muy parecido a
la gallina finalmente dio luz al pollo que conocemos. Dado que esta primera
gallina nació de un huevo, se puede decir que el huevo vino primero.
Visto desde otro ángulo, la pregunta se podría replantear
a ¿Cuál vino primero en la historia evolutiva? El huevo vuelve a tomar
precedencia ya que muchas características del huevo moderno, como su forma
asimétricamente ovalada y la dureza de la cáscara, existían desde antes de las
aves. Los huevos de dinosaurios presentaban estas cualidades desde hace
aproximadamente 150 millones de años.
Hace casi 300 millones de años, ocurrió otro episodio
clave en la historia de los huevos de las aves. Algunos vertebrados de cuatro
patas evolucionaron para producir huevos amnióticos.
Los embriones dentro del
huevo se rodeaban por tres membranas llenas de fluido que le otorgaban
protección y nutrición. Los primeros huevos amnióticos contenían una gran
cantidad de yema, cosa que aun se puede ver en los huevos de aves y algunos
reptiles
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