El desarrollo de una píldora anticonceptiva masculina ha
sido difícil de alcanzar, pero ahora los resultados de un nuevo estudio apuntan
en la dirección correcta. El compuesto, denominado JQ1, penetra en la sangre de
los testículos y altera la espermatogénesis, el proceso por el cual el esperma
se desarrolla para convertirse en espermatozoides maduros.
El resultado fue una disminución en el número y la
calidad de los espermatozoides. Además, el compuesto no afectó la producción de
testosterona, la conducta de apareamiento, o la salud de los hijos concebidos,
según han publicado los investigadores, del Dana-Farber Cancer Institute, y el
Colegio Baylor de Medicina, en la revista 'Cell'.
"Nuestros hallazgos demuestran que, en ratones, este
compuesto produce un descenso rápido y reversible en el conteo de
espermatozoides, y en su movilidad, con profundos efectos sobre la
fertilidad", afirma uno de los autores principales, James Bradner, del
Dana-Farber Cancer Institute.
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