No. No se trata de una película de terror ni de nada
parecido. Es sólo ciencia: los científicos congelaron las gónadas de «Solitario
Jorge», el último macho de Chelonoidis Abingdoni una especie de tortugas
gigantes que habitaba en las Islas Galápagos, para intentar obtener
descendencia mediante técnicas de inseminación artificial. Fue imposible
conseguir que el viejo macho se reproduzca naturalmente en sus últimos años de
vida, pero los expertos en conservación de tortugas de todo el mundo apuestan a
que la reproducción “in vitro” consiga salvar esta especie.
Hace unas semanas los responsables de la Dirección del
Parque Nacional Galápagos comunicaron que habían encontrado muerto a uno de los
ejemplares más emblemáticos del parque, un famoso macho llamado «Solitario
George». El animal, que murió en su corral, ubicado en el Centro de Crianza de
Tortugas Terrestres Gigantes, en Puerto Ayora, isla Santa Cruz, cuando se
dirigía hacia el bebedero de agua, era el único sobreviviente de la especie
Chelonoidis Abingdoni de la isla Pinta. En los últimos años se habían hecho
varios intentos de conseguir que se reprodujese, pero a pesar de que consiguió
aparearse con hembras de otra especie que habita en la isla Isabela, los huevos
resultaron infértiles. El cuerpo del quelonio, cuya edad se cree era mayor a
los 100 años, se congeló inmediatamente en una cámara de frío para evitar su
descomposición.
Después de realizar una completa autopsia del cuerpo de
la tortuga, se preservaron los órganos sexuales y tomaron muestras de tejido
para intentar conseguir muestras de esperma viable, que podría utilizarse para
reproducir la extinta especie. Los científicos que realizaron la autopsia creen
que es posible llevar a cabo un proceso de “inseminación artificial” que
permita obtener nuevos ejemplares de Chelonoidis Abingdoni.
La última oportunidad
“Teníamos que hacer el último intento por conseguir su
esperma y eso es básicamente lo que estamos haciendo, aprovechando la última
posibilidad que tenemos para reproducir la especie de George", explicó
Washington Tapia, el jefe del Departamento de Conservación del Parque Nacional
Galápagos. Obviamente, no hay ninguna garantía de que este proceso llegue a
buen puerto, pero nada se pierde con intentarlo. Y en caso de que falle,
suponemos, siempre queda abierta la vía de la clonación, que si bien es un
proceso mucho más complejo, puede intentarse innumerables veces a partir de los
restos que se conservan del viejo George.
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