En principio sí. En mayo de 2010, la revista Science publicó el borrador del genoma del Neandertal, basado en los análisis de fragmentos de ADN recuperados gracias al hallazgo de huesos de 38.000 años de antigüedad, encontrados en Croacia.
El equipo de investigadores internacionales del Instituto Max Planck de Alemania utilizó una máquina secuenciadora para obtener partes del código de ADN, que luego juntaron en la computadora.
Actualmente, la secuencia cubre solo el 60% de todo el genoma. Pero una vez que se complete, podría usarse para crear un genoma artificial.
Sin embargo, esto no tendría ninguna utilidad a menos de que el ADN se añada a los cromosomas de una célula viva, para que los genes se puedan expresar correctamente.
O, se podría alterar al ADN de una célula viva con un proceso de transferencia nuclear, como se hizo para clonar ovejas y vacas.
Finalmente, se podría hacer crecer células madre de Neandertal que luego se podrían implantar en un embrión humano durante sus primera etapas.
Después, habría que quitar todas las células que no sean de Neandertal para que crezca un bebé Neandertal.
En síntesis: el resultado es, físicamente, un Neandertal. Pero esta criatura nacería en un entorno tan diferente al propio que no podría adaptarse a las enfermedades de hoy día, y menos aún a la vida contemporánea.
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